Celia Fernández | 26 Septiembre 2024
El hibisco, conocido científicamente como Hibiscus rosa-sinensis, pertenece a la familia de las Malváceas. Esta planta es originaria de regiones tropicales y subtropicales de Asia, aunque hoy en día se cultiva en muchas partes del mundo debido a su belleza y versatilidad.
Ya hablamos en una entrada sobre el Hibisco y como recolectarlo, secarlo y darle tres usos diferentes. Si te interesa te dejo aquí el enlace.
El hibisco contiene varios compuestos bioquímicos beneficiosos, como antocianinas, flavonoides, polifenoles, vitamina C, mucílagos, pectinas, betacaroteno y ácidos orgánicos. Estos compuestos le confieren propiedades antioxidantes, antiinflamatorias y diuréticas.
El hibisco es conocido por sus efectos beneficiosos sobre la presión arterial y la salud cardiovascular.
Pero también es antiinflamatorio, diurético y disminuye el azúcar en sangre.
Las partes más utilizadas del hibisco son sus flores y cálices. Para recolectarlos, se deben cortar las flores cuando están abiertas y los cálices cuando están bien desarrollados. Se pueden secar al sol, en un deshidratador o en un lugar bien ventilado para su conservación. Pero los pétalos al sol, si es muy intenso, puede decolorar los pétalos. Si queremos conservar su color para algún fin mejor secarlo más lentamente sin tanto calor.
Infusiones: Las flores secas se utilizan para hacer té de hibisco.
Extractos: Se pueden encontrar en forma de cápsulas o líquidos.
Polvos: Para añadir a batidos o recetas culinarias.
Las antocianinas y flavonoides, son compuestos antioxidantes que ayudan a proteger el corazón. Hay estudios que han demostrado que el consumo regular de té de hibisco puede ayudar a reducir la presión arterial, lo cual es crucial para mantener una buena salud cardiovascular. Además, estos compuestos pueden mejorar la circulación sanguínea y reducir el riesgo de enfermedades cardíacas.
El extracto de hibisco se utiliza en champús y acondicionadores para fortalecer y dar brillo al cabello. Ya hemos realizado un champú con hibisco, que si te interesa te lo dejo por aquí.
Sus propiedades antioxidantes ayudan a mantener la piel joven y saludable. Podemos incorporarlo en cremas o sérums.
Existen numerosas variedades de hibiscos, entre las que destacan:
Hibiscus rosa-sinensis: La variedad más común, conocida por sus grandes flores rojas típicas. Aunque ya la podemos encontrar de diversos colores. Pero esta es la especie de la que estamos hablando hoy.
Hibiscus syriacus: También llamado rosa de Siria, es muy parecida pero es más resistente al frío y tiene flores de colores variados.
Hibiscus sabdariffa: Conocido como roselle, es famoso por sus cálices comestibles que son los que realmente se utilizan para hacer té de hibisco o la llamada agua de jamaica.
Aunque el hibisco es generalmente seguro, es importante tener en cuenta algunas advertencias:
Interacciones con medicamentos: Puede interactuar con medicamentos para la presión arterial y diuréticos.
Alergias: Algunas personas pueden ser alérgicas al hibisco.
Embarazo y lactancia: Se recomienda consultar a un médico antes de consumir hibisco durante el embarazo o la lactancia.