Celia Fernández | 7 Noviembre 2024
El aloe vera es una planta ampliamente reconocida por sus propiedades curativas y beneficios para la piel, pero ¿sabías que también se puede convertir en un hidrolato?
Aunque el hidrolato de aloe vera no es tan común como el de otras plantas, sus beneficios son igualmente impresionantes y merecen ser explorados. En esta entrada, te contaremos por qué deberías considerar hacer tu propio hidrolato de aloe vera y cómo puede transformar tu rutina de cuidado personal.
A diferencia de los hidrolatos más populares como el de rosa o lavanda, el hidrolato de aloe vera ofrece una alternativa refrescante y altamente hidratante. Este elixir natural no solo calma y revitaliza la piel, sino que también posee propiedades antiinflamatorias y antibacterianas, convirtiéndolo en un aliado perfecto para tratar irritaciones, quemaduras y acné. Y su elaboración es sencilla y te permite aprovechar sus propiedades sin aditivos ni conservantes.
Además tengo pensado ya donde vamos a usar en el próximo vídeo parte de este hidrolato, y más que una receta cosmética es un remedio natural.
Y si tienes tanta cantidad de aloe vera como yo que accidentalmente se me rompió una planta entera, es una buena opción para usarlo y conservar ese hidrolato por más tiempo que la planta que también se puede estropear.
Antes de comenzar quiero recordaros que en el canal hemos hecho innumerables vídeos empleando el aloe vera, en recetas de cosmética, así que si te interesa echa un ojo a nuestro blog o al canal de youtube. Pero, aquí os dejo dos vídeo en los que elaboramos aceite de aloe vera (uno de los vídeos más vistos de mi canal) y gel de aloe vera natural y como conservarlo.
Como siempre hemos comentado en el uso del aloe vera al cortar las pencas u hojas se libera una sustancia rica en antraquinonas sobre todo la aloína, conocido como acíbar o aloe amargo. Para evitar que este líquido pueda producirnos alguna irritación en la piel, tenemos que dejar las hojas en agua de 12 a 24 horas para que suelte toda la aloína en el agua. Y antes de usar las hojas también es conveniente lavarlas muy bien.
Muy importante en el proceso ya que si no tenemos líquido no podemos destilar. Puedes usar agua destilada o agua normal del grifo, ya que lo que vamos a hacer es destilar este agua y el resultado será igualmente un agua pura sin microorganismo ni impurezas.
Si no tienes alambique también tenemos otros vídeos donde elaboramos hidrolato con una olla simplemente, o con un equipo de laboratorio. Si es verdad que con la olla es un método casero que nos puede servir, pero a largo plazo al no estar sellado completamente como el alambique pues es probable que nuestro hidrolato dure menos tiempos si lo hacemos en la olla. Por eso aunque para alguna vez o en caso de no tener alambique está bien, si tenemos un alambique siempre es mejor y obtenemos mejores resultados.
Uno para recoger el hidrolato ya formado que sale del tubo de condensación. Y otro para recoger el agua fría que mantiene el serpentín o tubo de condensación frío para que se condense el hidrolato tras la evaporación.
Es la forma en la que mantendremos la parte final fría. Y a medida que se derrita el hielo y vamos echando más, habrá más liquido y es lo que vamos recogiendo con el segundo recipiente.
Perfecta para sellar el alambique por todas las conexiones entre sus partes y evitar que salga el vapor y se pierdan propiedades.
Corta varias hojas frescas de aloe vera y lávalas bien. Retira los bordes espinosos y corta las hojas en trozos pequeños.
Se suele llenar de agua destilada, 1/4 de su capacidad. Es decir, si mi alambique es de 1 litro (1000 ml), añadiré 250 ml. Añadir el aloe vera y el agua. Una vez todo cerrado tenemos que usar la arcilla mojada para sellar como hemos dicho y una vez que esté totalmente seca la arcilla, podemos empezar el proceso y encender el fuego.
Deja que el proceso continúe durante aproximadamente 30-45 minutos. Revisa periódicamente y añade más hielo si se va derritiendo. Esto mantendrá frío la parte final del alambique lo que permitirá que se condense el hidrolato.
Una vez que hayas recolectado suficiente hidrolato, transfiere el hidrolato a una botella de vidrio oscuro para conservarlo.
Si quieres puedes agregar conservante para mantener tu hidrolato si te preocupa pero en general, al ser un agua destilada puede durar en perfectas condiciones mucho tiempo.
Cuando queramos acabar el proceso apagamos el fuego, y es muy importante dejar que se enfríe el alambique para no quemarnos al limpiarlo.
-Hidratación: Ideal para hidratar la piel y el cabello.
-Calmante: Alivia irritaciones y quemaduras leves.
-Regenerador: Promueve la regeneración celular y ayuda a sanar heridas.
Este hidrolato es perfecto para usar como tónico facial, en sprays refrescantes o como ingrediente en otras formulaciones cosméticas. Y no te pierdas la próxima entrada que usaremos este hidrolato en un remedio natural que puede venir muy bien en esta época.
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