Celia Fernández | 28 Noviembre 2024
Hoy elaboramos un tónico facial con el ácido glicólico como activo estrella en esta receta. Este tónico nos ayuda a preparar la piel. Calmando, hidratando y realizando una exfoliación suave que nos ayuda a mejorar la luminosidad y la textura de la piel.
El ácido glicólico es uno de los alfa hidroxiácidos (AHA) más populares en la industria cosmética, conocido por sus múltiples beneficios para la piel. Derivado principalmente de la caña de azúcar, este activo se ha convertido en un ingrediente esencial en muchas rutinas de cuidado de la piel. A continuación, exploramos sus propiedades, beneficios, casos específicos para su uso y cuál es la forma más efectiva para integrarlo.
Quédate hasta el final para saber cómo usarlo efectivamente y con que activos es mejor no combinarlos.
–El ácido glicólico ayuda a eliminar las células muertas de la superficie de la piel, promoviendo una piel más suave y luminosa. Esta exfoliación química es más uniforme y menos abrasiva que la exfoliación física.
–Al acelerar el proceso de renovación celular, el ácido glicólico ayuda a reducir las líneas de expresión y las arrugas, mejorando la textura general de la piel. También es útil para tratar el fotoenvejecimiento y el daño solar, restaurando la luminosidad de la piel.
–Tiene propiedades humectantes que atraen y retienen la humedad en la piel, manteniéndola hidratada y flexible.
–Es eficaz para reducir la hiperpigmentación y las manchas oscuras, igualando el tono de la piel y proporcionando un aspecto más uniforme.
–Desobstruye los poros y previene la formación de brotes de acné, además de ayudar a reducir las cicatrices post-acné.
–Promueve la producción de colágeno, mejorando la firmeza y elasticidad de la piel, lo que es crucial para combatir los signos del envejecimiento.
Pero luego de los ingredientes veremos los consejos de uso de este activo y en qué otros formatos cosméticos podemos integrarlos.
Si tenéis agua de rosas o hidrolato de rosas siempre es mejor para usar en las elaboraciones. A mí no me dio tiempo por eso usé una infusión de capullitos de rosas. También es una opción válida pero, siempre lo digo para que lo tengamos en cuenta, las infusiones se conservan menos tiempo.
Para preparar aproximadamente un poco menos de 100 ml, vamos a usar los gramos para guiarnos, ya que el ácido glicólico está en polvo. Vamos a usar 28 gramos de agua de rosas. Este ingrediente nos hidrata y calma, pero también equilibra el pH de la piel, es antioxidante y antiinflamatorio y también astringente.
Luego vamos a usar el famoso hidrolato de aloe vera que ya elaboramos en un vídeo anterior y hemos usado también para elaborar un spray nasal.
Vamos a usar 60 gr de hidrolato de aloe vera, como veis será la base principal del tónico. Este hidrolato aunque no tenga las mismas propiedades que el gel de aloe vera puro nos aporta hidratación y calma la piel. También tiene propiedades astringentes y antioxidantes.
El ingrediente estrella en esta receta. Cómo hemos mencionado las propiedades de este activo son principalmente exfoliación suave, lo que propicia una renovación celular, síntesis de colágeno, disminución de poros abiertos y de hiperpigmentación.
Para esta receta vamos a usar 4 gr de ácido glicólico. Normalmente es soluble en ingredientes acuosos.
Otro gran humectante que siempre nos acompaña en las bases acuosas. Ya conocemos las propiedades hidratantes de la glicerina cuando se incorpora dentro de las proporciones recomendadas. Normalmente la diluyo en la base acuosa, pero en este caso la vamos a añadir a parte para que nos ayude primero a disolver los aceites esenciales. Añadiremos 5 gr de glicerina vegetal.
Cómo siempre puedes elegir los aceites esenciales que prefieras, ya sea por el aroma o por las propiedades que busques.
Yo elegí lavanda y árbol del té. Dos esenciales de verdad en mi despensa. Y añadí 5 gotas de cada uno en la elaboración.
La lavanda calma y relaja, además de ayudar a la regeneración. Y el árbol del té es antibacteriano y ayuda a regular la producción de sebo lo que mejora las pieles grasas propensas al acné. Y ambos aceites esenciales también tienen propiedades antiinflamatorias.
Imprescindible en elaboraciones acuosas. Primero hay que asegurarnos de que tenemos el pH correcto y en el que actúa el conservante que ahora lo veremos en la elaboración.
Yo, como siempre, uso leucidal. Un conservante muy versátil para distintas recetas cosméticas y remedios naturales. Y añadí 2,4 gr de conservante.
En mi caso, hago la infusión de rosas, concentrada. La dejo macerar y después de un tiempo, procedo a filtrarla. Ya podemos incorporarla en las cantidades que hemos mencionado. También tienes al final la receta con todas las cantidades.
Además de la infusión de rosas, incorporamos el hidrolato de aloe vera y mezclamos. Y ahora es el momento de añadir el ácido glicólico, que nada más remover se irá disolviendo fácilmente.
En otro recipiente a parte añadimos la glicerina con los aceites esenciales y mezclamos muy bien hasta que se integren los aceites. La glicerina siempre ayuda a dispersar los aceites en la base acuosa mejor. Aunque siempre es aconsejable agitar la elaboración antes de usarla, por este motivo.
Luego incorporamos la mezcla de la fase 2 en la fase 1.
Ya solo nos queda medir el pH. El problema es que hemos añadido un ácido a la elaboración que nos ha bajado demasiado el pH. En mi caso, el fabricante del ácido glicólico me indica que la elaboración final tiene que estar entre un pH 3,8-4,3 para que sea más efectivo el producto. Así que nos toca usar bicarbonato sódico para subir el pH dentro de este rango. Añade una pequeña cantidad de bicarbonato sódico lentamente al tónico, mezclando bien. Después de cada adición, mide el pH nuevamente para asegurarte de no pasarte. Quizás este es el proceso más tedioso de esta elaboración. Cuando este en un pH adecuado, podemos agregar el conservante hidrosoluble. Una vez mezclado, ya tenemos nuestro tónico listo para envasar.
-Lo primero si somos nuevos usando este activo es recomendable empezar con bajas concentraciones por eso lo hemos agregado en un 4%. Posteriormente podemos ir aumentando poco a poco si lo deseamos.
-Siempre es mejor usarlo por la noche, ya que puede aumentar la sensibilidad al sol. Y también deberíamos usar protección solar al día siguiente.
– Si tienes piel sensible o condiciones específicas de la piel, y no sabes si te vendría bien este activo consulta a un dermatólogo antes de incorporar ácido glicólico a tu rutina.
–Es importante saber con qué activos podemos combinar el ácido glicólico y con cuáles no. Podemos combinarlos con ácido hialurónico, niacinamida o péptidos. Pero no es ideal combinarlos con otros hidroxiácidos, retinoides o vitamina C.
–Los tónicos con ácido glicólico son ideales para una exfoliación diaria suave. Ayudan a preparar la piel para los siguientes pasos de la rutina de cuidado.
–Los sérums suelen tener concentraciones más altas de ácido glicólico y son perfectos para tratamientos intensivos. Se aplican después de la limpieza y antes de la hidratación.
–Las cremas y lociones con ácido glicólico son excelentes para hidratar y tratar la piel durante la noche, aprovechando el proceso de regeneración celular que ocurre mientras dormimos.
–Los peelings o mascarillas con ácido glicólico ofrecen una exfoliación más profunda y se utilizan con menos frecuencia, generalmente una vez por semana.
Este tónico facial es ideal para mejorar la textura de la piel, mantenerla hidratada y potenciar los efectos del ácido glicólico. El ácido glicólico es un ingrediente versátil y poderoso que puede transformar tu piel cuando se usa correctamente. ¡Anímate a probarlo y descubre sus increíbles beneficios!
