Celia Fernández | 25 Julio 2024
Hoy aprendemos a hacer estas sencillísimas mascarillas faciales de alginato. Os traigo tres tipos para que podáis elegir la que más os guste. Primero tenemos una mascarilla purificante y que controla el exceso de grasa, otra con efecto detox y la última revitalizante y nutritiva. ¿Cuál eliges?
Primero vamos a hablar del alginato. Las mascarillas faciales de alginato, derivadas de algas marinas, se han convertido en un elemento esencial en el cuidado de la piel gracias a sus notables propiedades. Estas mascarillas destacan por su capacidad para proporcionar una hidratación profunda, formando una película plástica sobre la piel que facilita la absorción de nutrientes esenciales. Ricas en proteínas, sales minerales, oligoelementos y vitaminas, las mascarillas de alginato no solo nutren la piel, sino que también ofrecen beneficios adicionales como mejorar la firmeza y elasticidad, calmar la piel sensible o irritada, y ayudar a unificar el tono de la piel. Su aplicación no solo revitaliza y rejuvenece, sino que también proporciona una experiencia de relajación y bienestar, convirtiéndolas en una opción ideal para un momento de autocuidado.
Ingredientes:
El té verde, conocido por sus propiedades antioxidantes y antiinflamatorias, protege la piel de los radicales libres y calma las irritaciones. La arcilla blanca purifica y limpia en profundidad, eliminando impurezas y exceso de grasa, mientras que el aceite esencial de lavanda proporciona una sensación de relajación y bienestar, además de sus propiedades antisépticas. Esta mascarilla no solo hidrata y mejora la elasticidad de la piel, sino que también ayuda a unificar el tono y proporciona una experiencia de autocuidado relajante, siendo especialmente beneficiosa para pieles mixtas a grasas y sensibles.
Ingredientes:
Es una combinación diseñada para desintoxicar la piel. El carbón activado vegetal actúa como un desintoxicante profundo, eliminando toxinas y reduciendo el tamaño de los poros, lo que la hace ideal para pieles mixtas a grasas y propensas al acné. La arcilla blanca complementa esta acción purificante al limpiar en profundidad y calmar la piel sensible, reduciendo la inflamación y el enrojecimiento. Por su parte, el aceite esencial de árbol del té aporta propiedades antibacterianas y antiinflamatorias, ayudando a combatir bacterias y prevenir infecciones.
Ingredientes:
Diseñada para revitalizar y nutrir la piel. El polvo de rosa mosqueta, conocido por sus propiedades regeneradoras y antioxidantes, ayuda a reducir cicatrices y manchas, protegiendo la piel del envejecimiento prematuro. La arcilla roja tonifica y purifica, eliminando impurezas y toxinas, mientras que el ácido hialurónico proporciona una hidratación profunda y duradera, manteniendo la piel suave y flexible. El aceite esencial de geranio equilibra la producción de sebo y calma la piel irritada, haciendo de esta mascarilla una opción ideal para pieles mixtas a secas y sensibles.
Lo bueno es que el resto de polvos puedes almacenarlo y usarlo cuando quieras, al final son ingredientes secos que no se van a estropear.
¡Espero que disfrutes preparando y usando estas mascarillas!