Celia Fernández | 18 Julio 2024
En la entrada de hoy, vamos a aprender a hacer hidrolatos de plantas en casa, ¡sin necesidad de un alambique o equipo especializado! Aunque también tenemos tutoriales explicando estos procesos. Pero hoy hacemos un proceso casero y sencillo que me habéis pedido mucho. Cualquiera puede hacerlo, todo lo que necesitas es una olla y hielo. ¡Empecemos!
Elige la planta que quieras utilizar para tu hidrolato. Puede ser lavanda, romero, menta, o cualquier otra planta aromática o con propiedades aunque no sea aromática. Por ejemplo, yo voy a usar hamamelis seco. No es una planta aromática pero tiene grandes propiedades.
En principio el hidrolato de hamamelis es tonificante y refrescante como la mayoría de hidrolatos. Pero también es calmante, antiiflamatorio y cicatrizante. Es astringente por lo que cierro los poros y regula el sebo. También es antioxidante y vasoconstrictor, mejorando la circulación.
Ahora vamos a preparar el invento. Investigando en internet encontré este procedimiento que es super fácil y puede hacer cualquiera en casa. De haberlo sabido antes, lo hubiera hecho más veces antes de tener un alambique. Añade agua en la olla pero no demasiado ya que no puede alcanzar el borde del cuenco que vamos a poner después. Luego vierte la planta en el agua. Y ponemos el cuenco en el medio. Si quieres hacer más cantidad de hidrolato, y por tanto añadir más agua en este punto, puedes buscar algún objeto resistente al calor que permita subir el cuenco un poco.
De la forma que lo vamos a hacer, estaríamos recreando una hidrodestilación. Es decir, la planta está en contacto con el agua que vamos a evaporar. Si pusieramos algún objeto en el agua que permita poner una rejilla o colador con la planta por encima del nivel del agua, haríamos una destilación por arrastre de vapor. En este caso, la planta no estaría en contacto con el agua, pero necesitaríamos una olla grande. Así que también podríamos hacer dos procedimientos.
Pon la tapadera al revés en la olla, de manera que el pomo quede hacia abajo y justo encima del cuenco. Esto permite que cuando se condense el agua evaporada se deslizará hacia el medio de la tapa y caerá en el cuenco.
También es importante sellar la tapadera si no encaja, y el típico agujero. Yo lo hice con celo o cinta transparente.
Enciende el fuego y deja que el agua hierva suavemente. Una vez que el agua comience a hervir, coloca el hielo encima de la tapadera. Esto ayudará a que el vapor se condense más rápidamente. A medida que el vapor se condensa en la tapa fría, las gotas de hidrolato caerán en el cuenco. Este proceso puede tardar, así que ten paciencia. También depende de la cantidad de hidrolato que quieras.
Una vez que hayas recogido suficiente hidrolato, apaga el fuego y deja que todo se enfríe antes de manipularlo. Vierte el hidrolato en un frasco de vidrio esterilizado y guárdalo en un lugar fresco y oscuro. Y no olvides etiquetarlo con los datos y la fecha.
Lo que nos ha sobrado de agua en la olla con la planta puedes usarlo. Puedes colarlo y diluirlo para hacer pediluvios o baños de piernas cansadas, por ejemplo en el caso del hamamelis ya que mejora la circulación. Si has usado otra planta, según sus propiedades tendrá un uso u otro. Te recuerdo que tenemos gran cantidad de posts y vídeos en los que hablamos de distintas plantas, sus componentes, propiedades y usos, ¡así que no te los pierdas!
¡Y eso es todo! Ahora tienes tu propio hidrolato casero que puedes usar como tónico facial, en aromaterapia o como ingrediente en tus productos de belleza caseros. Recuerda que puedes experimentar con diferentes plantas para obtener distintos aromas y propiedades. Te recomiendo ver el vídeo en youtube para entender mejor todo el proceso.