Celia Fernández | 23 Mayo 2023
Hoy vamos a hablar de las propiedades de las habas y las espinacas al consumirlas.
Acompáñame en estas prácticas durante una tarde en el huerto.
A continuación, también exploraremos cómo las habas, y en general las leguminosas, contribuyen al ciclo de nutrientes y qué beneficios aportan a la agricultura sostenible y a futuros cultivos. ¡Aprovechando al máximo los recursos naturales!
Y haremos los semilleros más naturales y económicos que vas a encontrar. ¡Olvídate de comprar envases para hacer tus semilleros!
Primero, ¿qué son las habas? ¿y qué beneficios nos pueden aportar? Vamos a centrarnos en todas estas cuestiones.
Las habas, cuya especie es Vicia faba, puede ser confundida como una verdura. Pero, realmente es una legumbre y, de hecho, es una de las legumbres más antiguas que se empezaron a cultivar. Se cree que su origen puede remontarse a Asia menor y posteriormente se fue distribuyendo al resto de las civilizaciones. Pertenece a la familia de las leguminosas o las fabáceas.
Son legumbres ricas en nutrientes y sabor. Son una fuente de fibra que además de regular el sistema digestivo y mejorar su función, también actúa disminuyendo la formación de grasa en el hígado lo que se traduce en una disminución del colesterol, y si tenemos los niveles de colesterol equilibrados tendremos una mejor salud cardiovascular. Y con esto no quiero decir que el colesterol sea malo, al contrario es precursor de muchas hormonas o de la vitamina D y es necesario en el organismo.
Además de fibra también es rico en proteínas, ácido fólico o vitaminas como la C, la B1 y la B3. También es una fuente de hierro, por lo que ayuda a prevenir la anemia.
Cuando cosechamos las habas podemos hacerlo de dos formas. Cuando no estan muy grandes, obtendremos habas tiernas que son las típicas que se pueden comer como un snack sin necesidad de cocinarlas, o aunque estén grandes si las consumimos frescas sin dejarlas secar. Y cuando son más grandes o las dejamos secar, estas se ponen duras y para consumirlas debemos cocerlas o cocinarlas, al igual que haríamos con unos garbanzos. El secarlas nos permite tener habas durante más tiempo si se recogen muchas. Otra opción es congelarlas.
Las plantas leguminosas, como las habas, son conocidas por su capacidad para enriquecer el suelo, especialmente a través de la fijación de nitrógeno. Este proceso natural no solo mejora la salud del suelo sino que también prepara el terreno para futuros cultivos.
Las habas, al igual que otras leguminosas, tienen una relación simbiótica con bacterias del género Rhizobium que se alojan en sus raíces. Estas bacterias son capaces de convertir el nitrógeno atmosférico, que es inaccesible para la mayoría de las plantas, en amoníaco, una forma de nitrógeno que las plantas pueden utilizar para crecer. Este proceso se conoce como fijación biológica de nitrógeno.
Esta fijación ocurre en los nódulos radiculares, que son estructuras especializadas donde las bacterias se alojan. Dentro de estos nódulos, el nitrógeno se convierte en amonio, que luego se transforma en nitratos y nitritos que las plantas utilizan para sintetizar proteínas y otros compuestos esenciales.
Por lo que el suelo donde cultivemos estas habas o cualquier otra leguminosa, va a estar mucho más enriquecido en nitrógeno sin necesidad de fertilizantes químicos y va a tener mejor estructura. Así cuando acabe el cultivo de las leguminosas en ese suelo nuestro siguiente cultivo crecera mucho mejor, y este método se conoce como la rotación de cultivos que también disminuye la cantidad de plagas. Todo de forma sostenible y siendo más eficientes con los recursos naturales.
Lo mejor de este super alimento es que tiene muchas propiedades para nuestro organismo, y si la cultivas en casa podemos ir cosechando algunas hojas a la vez que fomentamos el crecimiento de las nuevas. Así siempre tenemos hojas de espinaca frescas lista para cosechar. Y, por supuesto, consumimos espinaca ecológica sin pesticidas.
Pero, ¿qué nos aportan las espinacas? Y, ¿porque las consumía tanto popeye? jajaja
Aunque es muy rica en vitaminas y minerales, yo siempre hago mención primero a su contenido en magnesio. Y es que el magnesio es muy importante. Nos ayuda a descansar mejor, equilibrar el sistema nervioso, el metabolismo o el sistema inmune. Por lo que si solemos consumir alimentos ricos en este mineral, como la espinaca, veremos una mejora en todas estas funciones.
Las espinacas también contiene vitaminas A, C y E, folatos, hierro o potasio. Contiene antioxidantes antiinflamatorios y que disminuyen el riesgo de padecer cáncer. También aporta un carotenoide, la luteína que se encuentra de forma natural en nuestros ojos, por lo que mejora la salud ocular.
Lo primero os cuento cuál es un buen sustrato para hacer semilleros. Yo siempre uso una mezcla en proporción 50:50 o 40:60 de humus de lombriz y fibra de coco, respectivamente. El humus es una fuente de nitrógeno y generalmente también de fósforo y potasio, el famoso índice NPK que se busca en los fertilizantes. Y la fibra de coco también aporta nutrientes y si se mantiene humeda, retiene mucho la humedad lo que nos viene bien para que germinen nuestras semillas.
Os cuento por que digo que los semilleros son naturales. Estamos acostumbrados a que cuando hacemos semilleros para sembrar nuestras semillas, compramos los típicos semilleros de plástico para rellenarlos con el sustrato. Hay otras opciones de materiales como semilleros de cartón o papel reciclado, que también están muy bien y cuando vayamos a sembrar la planta en el suelo podemos ponerla con el semillero de cartón. Ya que esto mantendrá la humedad como si fuera un acolchado y es biodegradable.
Pero si vamos un paso más allá podemos quitarle el envase a estos semilleros. Sí, que ese mismo sustrato que contiene el semillero sea el mismo que lo mantiene con su forma. Para esto además del sustrato solo necesitamos un molde que podamos presionar para endurecer el sustraro. Y este sustrato tiene que estar previamente mojado, pero tampoco en exceso. Es como hacer castillos de arena.
Este molde tiene una parte que al presionar extraemos el semillero del molde con un pequeño hueco en medio para poner la semilla.
Si quiere conseguir un prensador de arena para hacer semilleros ilimitados y de forma super económica, puedes encontrar el modelo de zanatumente en nuestra página web.
Eso sí, es muy importante que pulverices agua diariamente en los semilleros y si hace mucha calor varias veces, para mantener la humedad en la fibra de coco. Ya que si los mantenemos el proceso va a ser muy fácil, pero si se nos seca por completo los semilleros va a ser muy dificil volver a humedecerlos bien sin que pierdan su forma. Por ello, te aconsejo que no lo dejes en un sitio donde le de directamente el sol.
Y una vez quieras transplantar tus plantas, solo haz el hueco en la tierra y entierra tu semillero entero. Esto también genera mucho menos estrés a la planta durante el transplante.
¡Espero que esta información te ayude a cultivar un huerto sostenible y disfrutar de alimentos saludables!
