Celia Fernández | 4 Julio 2023
El ginseng, esa venerable planta que ha sido el corazón de la medicina tradicional asiática durante milenios, es un verdadero tesoro de la naturaleza. Se le conoce como ginseng asiático o coreano. Con su aspecto modesto y sus raíces nudosas, el ginseng esconde en su interior un poder que ha cautivado a la humanidad desde tiempos ancestrales.
El ginseng es más que una simple planta; es un símbolo de salud y longevidad. Se dice que algunas raíces de ginseng silvestre pueden alcanzar los precios de un lujoso automóvil debido a su rareza y potencia medicinal. Ya que es un gran adaptógeno. Además, su forma antropomórfica ha inspirado leyendas y mitos, siendo considerada un puente entre la tierra y el ser humano.
Pertenece a la familia de las araliáceas, y tiene su origen en las zonas montañosas del noroeste de Asia. Su nombre, derivado del griego “panacea”, refleja su reputación de curarlo todo.
Una curiosidad es que es muy raro que se encuentra esta planta de forma silvestre, para ello tiene que ser cultivado. Y su cultivo no es fácil.
El ginseng presenta polisacáridos, sesquiterpenos, saponinas, vitaminas del grupo B, vitamina C, zinc, hierro, sodio, potasio, calcio o fósforo, entre otros minerales. También presenta fitoestrógenos.
¿Por qué decimos que el ginseng es un adaptógeno o tiene propiedades adaptógenas? Esto ocurre cuando una sustancia presente en un planta o alimento tiene determinados efectos que ayudan al organismo a combatir el estrés, el cansancio o el frío y en definitiva ayudan a adaptarse mejor. En el caso del ginseng son unos compuestos exclusivos en esta planta, los ginsenósidos.
Fortalece el sistema inmune. Lo que estimula y tonifica el organismo.
Aumenta la energía y disminuye la fatiga.
Mejora la concentración y la función cognitiva.
Disminuye el azúcar en sangre.
Antidepresivo y ansiolítico.
La raíz del ginseng es la parte más preciada y se utiliza tanto en forma fresca como seca. Normalmente si se seca se cuece antes de secarla. Tiene que ser recogida en otoño tras un período de 6 o 7 años mínimo. Necesita este tiempo para tener mayor cantidad de compuestos medicinales. Y por ello se vende a un alto precio.
Cuando este se cosecha a los cuatro años, se le llama ginseng blanco. Pero cuando se cosecha a partir del sexto año, se le llama ginseng rojo y a este se le atribuyen mayores propiedades medicinales. También hay que considerar que el ginseng rojo tiene mayor acción estimulante e hipertensor, es decir, sube la tensión.
Se puede consumir en infusiones, extractos, suplementos y hasta en la gastronomía, como ingrediente en platos tradicionales. En china es común añadir 1 gramo de raíz en la sopa.
El ginseng y el ginkgo biloba son a menudo mencionados juntos por sus efectos sinérgicos en la mejora de la función cognitiva y la circulación sanguínea. Ambos tienen propiedades antioxidantes.
Por esta acción del ginseng de estimular el organismo y el sistema inmune que lo hacen un adaptógeno, es ideal en periodos de convalecencia o de trabajo duro. Y siempre se ha considerado un gran tónico para la vejez, al igual que el ginkgo. Aunque tampoco se debe abusar.
También se dice que es útil para prevenir algunos tipos de cáncer y para mejorar los efectos cuando ya se padece.
Si usamos esta planta para una afección concreta, ya que su acción es acumulativa, el efecto se notará en unas semanas.
Otra acción que puede tener el ginseng es ser afrodisíaco o tónico del sistema reproductor.
Más allá de su consumo interno, el ginseng también se encuentra en productos de cuidado de la piel por sus propiedades antioxidantes y rejuvenecedoras. El ginseng en la piel evita el envejecimiento prematuro y ayuda a regenerar.
Podemos usar extractos en preparaciones cosméticas, o decocciones de la raíz.
En el cuero cabelludo promueve el crecimiento del pelo.
Existen un par de especies, que no son ginseng, pero sí tienen propiedades parecidas y en ocasiones se sustituyen. El ginseng americano (Panax quinquefolius) y el ginseng siberiano (Eleutherococcus senticosus).
A pesar de sus beneficios, el ginseng debe usarse con precaución. Y se aconseja no consumirlo por la noche por sus propiedades estimulantes. Ni junto con otras bebidas que también sean estimulantes.
Como siempre aconsejo, evitar embarazadas, en periodo de lactancia y niños pequeños menores de 12 años. Debido a la presencia de estrógenos, es mejor evitarlo en la menopausia y tras ella.
Evitar si tomarlo si ya estamos tomando otros medicamentos que pueden interactuar con el ginseng. Como medicamentos para la tensión, la diabetes, estrógenos o antidepresivos, por ejemplo. También evitarlo si padecemos afecciones en los riñones, hemorragias o problemas en la coagulación de la sangre.
Las personas que no tengan ningún problema para tomarlo también lo tienen que hacer en una dosis adecuada. En exceso puede alterar la presión arterial o el sueño. No se aconseja tomarlo seguido más de un mes y medio aproximadamente.