Celia Fernández | 6 Febrero 2023
Uno de los primeros pasos cuando nos queremos introducir en el mundo de lo natural, es saber leer e identificar qué es natural y que no. Esto lo podemos aplicar tanto a la cosmética como a la alimentación o a la limpieza por ejemplo. Nos iremos adentrando poco a poco. En este caso para empezar en la cosmética, tenemos que saber cómo se llaman los compuestos y descifrar la información que nos aportan. Así que, ¡Vamos a ello!
El primer paso para descifrar la cosmética es entender la interminable lista de ingredientes pero, ¿como se nombran? ¿Y qué información nos tiene que ofrecer el envase de un producto?
Es la Nomenclatura Internacional de Ingredientes Cosméticos. Es una nomenclatura específica para designar a cada ingrediente dentro de la cosmética. Se hizo oficial en Estado Unidos desde 1973, junto con la publicación del Diccionario de Ingredientes Cosméticos. Y se aprobó también en Europa en 1996 y fue obligatoria a partir de 1998.
El uso de esta nomenclatura permite identificar todos los ingredientes de cada producto cosmético de forma universal. Y deben estar en un orden de mayor a menor concentración, aunque en Europa a partir del 1% de concentración no necesariamente tienen que estar en orden decreciente. De hecho, a veces alteran el orden a propósito.
Por lo que antes de coger un producto dejándonos llevar por el marketing asociado, deberíamos detenernos un minuto a leer si ese producto puede contener de verdad ingredientes naturales o no. Y próximamente descubriremos que significan los símbolos, cuáles son los ingredientes tóxicos y cómo identificarlos para así poderlos evitar.
Os adelanto una pista, la mayoría de cosméticos comerciales contienen ingredientes tóxicos.