Celia Fernández | 27 Julio 2023
Tiene su origen en marruecos y se distribuyó por la península ibérica y el resto de Europa. Muy común en los bordes de los caminos. Se encuentra en la familia de las boragináceas. Anual y con preciosas flores.
Principalmente para reconfortar el corazón emocionalmente, pero también físicamente.
Contra afecciones respiratorias.
Emoliente e hidratante.
Antiinflamatoria.
El aceite es regulador del ciclo menstrual.
Las flores provocan la sudoración.
Las hojas además de ser diuréticas, facilitan la eliminación de ácido úrico y urea entre otros.
De sus semillas se obtiene un aceite con alto contenido en ácido linoleico y linolénico, ácidos grasos insaturados. Este aceite es de fácil absorción por la piel.
Se usa la parte aérea y las flores. Las hojas se pueden recoger en cualquier momento, la floración tiene lugar en primavera. Podemos usarla en infusión o jugo, también hacer cataplasmas.
Un uso muy común es en la alimentación como verdura, similar a la espinaca.
El jugo ayuda en enfermedades del hígado y del bazo.
El aceite disminuye el colesterol.
Como planta medicinal cuando hay fiebre, gripe, bronquitis, asma o catarros.
La hoja desintoxica y depura, está indicada en casos de gota y previene infección urinaria.
Para piel irritada o inflamada, acné, erupciones o forúnculos.
El aceite de semillas es útil en eccemas o afecciones en general de la piel.
En dolores articulares y trastornos circulatorios.
También en dolores premenstruales y relaja el útero.
Para potenciar el efecto en vez de sólo aplicárnosla externamente en la piel, podemos tomarla internamente en infusión.
No tomar durante el embarazo o la lactancia ni en caso de daño en el hígado. Cuidado por su contenido en alcaloides de la pirrolicidina y no consumir durante un largo periodo de tiempo. A diferencia, el aceite de semillas no tiene ninguna contraindicación.
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