
Celia Fernández | 18 Mayo 2023
Conocido como el tabaco de montaña. Por tanto es típica de zonas de alta montaña. Se usaba para liar cigarros herbales. Recientemente ha estado en peligro de extinción, pero actualmente se encuentra en un estado de conservación de preocupación menor.
Nativa de Asia y Europa. De la familia de las asteráceas y es perenne.
Es antiinflamatoria, promueve el riego sanguíneo local y regenera los tejidos.
Analgésica y cicatrizante.
Fumada tiene propiedades contra el asma o la bronquitis.
Se usan las flores que se recogen tras la floración y la raíz que se recoge en otoño.
Podemos hacer una infusión para mojar gasas y aplicarlo localmente, en el caso de la raíz hacer un cocimiento. O realizar un extracto que añadamos en un ungüento o crema. Se cree que el extracto oleoso mejora la regeneración celular.
Siempre de uso externo.
En dolores musculares, articulares o luxaciones, favoreciendo la curación.
Mejora la reabsorción de hemorragias internas o traumatismos.
En golpes, chichones, hematomas o contusiones y en esguinces o torceduras.
También se puede usar en picaduras de insectos.
Al aumentar la circulación es adecuada en varices, estrías y piernas hinchadas.
También se ha usado externamente en los pechos en caso de dolores por mastitis durante la lactancia.
Se pueden macerar las flores en aceite, para usar como aceite de masaje. Sobre todo en dolores musculares.
Arnica sororia, A. fulgens y A. cordifolia son especies similares.
Es tóxica por vía interna, por lo que no ingerir de ninguna manera. Evitar también usarla en heridas abiertas. Los extractos de árnica nunca se deben usar puros. Y un uso reiterado en la piel puede irritarla, sobre todo en caso de piel sensible.
No usar en niños ni en mascotas.