Celia Fernández | 11 Abril 2023
En el tapiz verde de la naturaleza, hay una planta que destaca no solo por su color vibrante sino también por su rica historia y propiedades: la genciana. En algunos sitios también la conocen como hierba de San Ladislao, genciana común, genciana amarilla o mosto amargo. Cuyo nombre científico es Gentiana lutea, una planta que ha cautivado a la humanidad desde tiempos antiguos.
En la Edad Media esta planta era muy usada sobre todo como antídoto para envenenamientos o mordeduras de animales venenosos. Pero también para desintoxicar el hígado, por ejemplo.
Un dato curioso es que para que la raíz madure y tenga todas sus propiedades, tenemos que recolectarla tras un período de 7 a 10 años.
La genciana es muy común en España. Con su distintivo color amarillo, es nativa de las zonas montañosas de Europa. Pertenece a la familia de las gencianáceas.
Contiene pectina, inulina, xantonas, terpenos, aceites esenciales, taninos, mucílagos y distintas vitaminas. Pero también tiene gentiopicrina o amarogentina que forman parte de sus caracerísticos principios amargos. O alcaloides como la gentinina o gentiomarina.
De hecho, tanto es el amargor de esta planta que el compuesto amarogentina que contiene, se conoce como el más amargo, al menos de forma natural. Y se usa para medir el nivel de amargor en investigación. En este compuesto se podría hacer una dilución casi de 60 millones y seguiríamos apreciando su sabor amargo.
Esta planta es conocida por sus intensas propiedades amargas, especialmente en su raíz, que la hacen un apreciado tónico digestivo y aperitivo.
Estimula es sistema inmune.
Propiedades antipiréticas o febrífugas, gracias a la gencinina.
Antiinflamatoria, antioxidantes y analgésicas
Antiséptica, antibiótica y antihelmíntica.
Colagogas o lo que es lo mismo, facilita la expulsión de bilis.
La raíz y rizomas desecados de la genciana, y en menor medida las partes aéreas, son utilizadas con fines medicinales. Florece a partir de junio aproximadamente y la raíz se recoge en otoño.
Las plantas con tantos principios amargos como la genciana lo ideal es dejar infusionar en un agua ligeramente caliente pero sin que llegue a ebullición para no alterar sus propiedades. Podríamos llamarla una tisana. Y luego dejar reposar unos 10-15 minutos antes de tomarla.
También podríamos tomarla en cápsulas. La tintura o la ebullición en alcohol de la raíz puede hacer que aislemos los principios amargos principalmente. Y se podrían hacer otros tipos de extractos con la raíz, pero para que sea de óptima calidad, hay que evitar dejar la raíz húmeda para que no fermente. Otra opción es macerarla en vino o hacer un jarabe para disminuir su potencial amargo.
Desde la antigüedad se ha usado para hacer bebidas alcohólicas, como la cerveza de genciana en vez de usar lúpulo, o el vino de genciana.
Podemos usarla sobre todo en trastornos gastrointestinales, falta de apetito como en casos de anorexia u otra enfermedad. También es diurético y tónico en el organismo. Activa los receptores amargos que promueven la salivación y otras funciones del sistema digestivo.
Protege y mejora la función del hígado y la vesícula biliar. También favorece la aparición de la menstruación.
Regula los niveles de azúcar y colesterol.
Se ha visto que el uso de la raíz aumenta la producción de glóbulos blancos. Por lo que es genial para potenciar el sistema inmune. Por este motivo se usa para combatir enfermedades inmunes o cáncer. También en casos de hepatitis.
Promueve la curación de heridas, es un buen cicatrizante y regenerador de la barrera de la piel. Y es ideal en casos de psoriasis o eccemas.
La tintura para uso externo se puede usar en casos de articulaciones inflamadas o reumatismos.
También se ha usado para atenuar las manchas. Y como tónico capilar por su contenido en zinc.
El género genciana tiene alrededor de 400 especies. Hay otra variedad de genciana de esta especie con flores azules o moradas, que tiene propiedades similares.
Esta especie ha sido un poco azotada por la recolección masiva. Actualmente en España al ser tan común no se encuentra en peligro, pero en Italia sí que se redujo notablemente su distribución. Por lo que hay normativas que no permiten la recogida silvestre y lo ideal es comprarla a los países productores que la cultivan.
Evitarla embarazadas y niños pequeños, así como durante la lactancia ya que amarga la leche.
La genciana deberían evitarla personas con úlceras intestinales o gástricas, acidez estomacal y hipertensión. También es importante saber que algunos compuestos de la genciana son inhibidores de la enzima MAO(monoaminooxidasa) y pueden interferir con antidepresivos.
Además, debido a sus intensas propiedades amargas, su consumo debe ser moderado y en algunas condiciones bajo supervisión médica. Su exceso puede ocasionar vómitos o dolores de cabeza.