Celia Fernández | 7 Marzo 2023
Tiene su origen en el continente americano, ya la usaban los nativos americanos. Pertenece a la familia de las compuestas o asteráceas. Su nombre científico es Echinacea purpurea. Crece en praderas o colinas. Puede producir flores de distintos colores.
Ha sido una planta muy llamativa y muy usada en la actualidad por sus grandes propiedades antivirales e inmunomoduladoras. Aunque es mejor no usarla mucho tiempo seguido y teniendo en cuenta las advertencias que veremos al final.
Aceites volátiles (en la raíz), betacarotenos, flavonoides, ácidos fenólicos, vitamina C, es rica en hierro, magnesio o calcio. También contiene poliacetileno, alcaloides pirrolizidínicos, polisacáridos heterogéneos y glucoproteínas. Pero además contiene equinacósido, que es un glucósido del ácido cafeico con grandes propiedades que veremos a continuación.
Estimula el sistema inmunológico
Antiinflamatorias y analgésicas.
Gran bacteriostático (inhibe el crecimiento de bacterias) y antiviral.
Sedantes
Cicatrizantes y antioxidantes
Se usan las flores, hojas, las semillas y la raíz. Florece en verano. En las partes aéreas se concentran más lo flavonoides y polisacáridos. La raíz se recoge en otoño. En la raíz se concentran más alcaloides y aceites.
Si usamos la planta fresca siempre tendremos mayor poder de acción. Podemos hacer infusiones o una tintura con la planta fresca. Pero, también con el polvo de la planta podemos tomarnos píldoras, y si las compramos siempre aconsejo verificar que su origen sea lo más natural posible.
Nos viene bien tomarla en casis de resfriados, gripes, tos o infección respiratoria. En forma de tintura evitamos infecciones, ya que viene genial en cualquier tipo de infección interna.
Refuerza y estimula el sistema inmune, ya que aumenta la producción de glóbulos blancos.
Sus propiedades sedantes la hacen indicada para trastornos del sistema nervioso, nerviosismo, estrés, insomnio y problemas relacionados con el sueño. También mejora el estado de ánimo.
Podemos tomarla en las primeras señales de infección o como preventivo en la época del año que solemos caer enfermos.
Otro de los usos internos debido a sus características contra infecciones e inflamaciones, es para problemas en el aparato urinario o la próstata.
También se ha usado antiguamente en casos de fiebre.
El compuesto equinacósido, que mencionamos antes, tiene propiedades antioxidantes, antidiabéticas y antienvejecimiento. Pero no solo eso, porque puede detener el crecimiento de algunas células tumorales, por ello se usa mucho en terapias naturales contra el cáncer y ayuda a prevenirlo.
Otro dato curioso es que aumenta la biodisponibilidad de otros compuestos. Como, por ejemplo, los compuestos presentes en el jengibre, la cúrcuma o el ajo.
Podemos usar la planta directamente en heridas o afecciones de la piel en forma de emplasto o cataplasma para desinfectar. También podríamos hacer una tintura con esta planta fresca y tomarla internamente si usamos un alcohol de baja graduación. Pero también podemos usar la tintura externamente o hacer una de una alta graduación para ello.
Otro tipo de extracto es el hidroglicerinado, que podemos usarlo en cremas, lociones o jabones.
Al final, su poder contra infecciones lo hace genial para cualquier infección externa. Hongos, herpes o acné. Pero también para otras afecciones de la piel al tener propiedades antiinflamatorias, regeneradoras y cicatrizantes. Como puede ser en quemaduras, eczemas o psoriasis.
También se puede usar en mordeduras o picaduras.
Dentro del género Echinacea podemos encontrar alrededor de 700 especies, de las cuales además de la que hablamos hoy la Echinacea purpurea, hay muy pocas especies con propiedades medicinales similares. Entre ellas la E. pallida (equinácea pálida) y la E. angustifolia.
Primero, como en la mayoría de los casos, la evitaremos durante el embarazo, periodo de lactancia o niños menores de 12 años.
En dosis excesivas o si lo usamos tras un periodo de tiempo largo, podemos ver algunos efectos no deseados como mareos o vómitos. Lo ideal es no sobrepasar el mes o mes y medio de una toma continuada. Y si queremos seguir tomándola, hacer periodos de descanso.
Por su efecto sobre el sistema inmune, es mejor evitarlo en caso de padecer una enfermedad autoinmune que puede agravar la situación.
Por otro lado, puede interactuar con medicamentos que también actúen en el sistema inmune, corticoides, anticonvulsivos o anticoagulantes.
Y además puede producir reacción alérgica, sobre todo si somos propensos a tener alergia a este tipo de flores. En este caso también sería mejor evitarlo externamente.
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