Generalmente cuando compramos algún producto cosmético nos fijamos en la publicidad de la marca o en elprecio, sin tener en cuenta esa larga lista de ingredientes y símbolos que hay que descifrar. Al final entender esto es la clave para saber qué tipo de producto vamos a usar y si lleva algún compuesto nocivo, que podríamos evitar perfectamente.

Si es cierto, que parece que los fabricantes no nos lo ponen muy fácil a la hora de leer los ingredientes, debido al pequeño tamaño de su tipografía. Y es realmente así, ya que si nos lo pusieran en la cara y fuéramos conscientes del peligro de consumir estos compuestos obviamente no lo compraríamos. La conclusión es que, al igual que todo en la vida, es un negocio rentable.

La buena noticia es que no hay que ser químico experto ni estudiarse todos los tipos de ingredientes y su nomenclatura para saber leer una etiqueta. Podemos hacerlo tan sólo con unas breves nociones de cómo se nombra generalmente a cada tipo de ingrediente, y qué ingredientes principales debemos evitar. Y partiendo de la base de que si no reconocemos algún ingrediente nos informemos bien antes de comprarlo.