
Celia Fernández | 20 Septiembre 2025
Si tu piel pide hidratación profunda y tu cabello necesita un rescate nutritivo, esta elaboración es para ti. La manteca batida de mango no solo tiene una textura suave y aireada que se funde al contacto, sino que está cargada de beneficios que la convierten en un imprescindible de la cosmética natural.
Rica en antioxidantes, vitaminas y ácidos grasos esenciales, esta manteca vegetal ayuda a restaurar la elasticidad de la piel, prevenir el envejecimiento prematuro y proteger el cabello de la deshidratación y el daño ambiental. Además, su aroma suave y tropical convierte cada aplicación en un momento de placer sensorial.
Ideal para pieles secas, sensibles o maduras, y perfecta como tratamiento capilar para puntas abiertas o cabello dañado.
Ya hicimos manteca batida cremosa de moringa en otro vídeo en nuestra comunidad privada, si te quieres unir, puedes verlo aquí.
La manteca de mango es rica en vitamina A y E, suaviza, regenera y protege la piel. En el cabello, aporta brillo y nutrición sin dejar sensación grasa. Va a ser la manteca predominante, añadiremos 100 gramos.
La manteca de oliva es un tesoro vegetal en el mundo de la cosmética natural. Derivada del aceite de oliva, conserva muchos de sus compuestos activos, lo que la convierte en un ingrediente altamente nutritivo y versátil para el cuidado de la piel y el cabello. Tiene Ácidos grasos esenciales, vitamina E, escualeno, … Añadiremos 33 gramos.
Contiene ácido linoleico y oleico (ácidos grasos esenciales), vitamina A, B, D y E con propiedades antioxidantes. En la manteca de mango nos aporta hidratacion profunda, genial para estrias y para zonas muy secas. En el cabello, aporta suavidad y brillo, previene la rotura y el frizz. Añadiremos 10 gramos.
Aceite de maracuyá o también conocido como aceite de fruta de la pasión. Tambien contiene acidos grasos esenciales como el linoleico en gran proporción. También presenta vitaminas C y E y carotenoides. Aporta una textura ligera y una absorción rápida. Es antioxidante, calmante y antiinflamatorio. En el pelo acondiciona y lo fortalece. Añadiremos 16 gramos.
Son alternativas naturales a los pigmentos sintéticos. Aportamos color a nuestra elaboración, pero es algo totalmente opcional y que no influye en la calidad de la receta. Yo usé mucha cantidad del amarillo y poca cantidad del rojo, para obtener un naranja para la manteca de mango.
-Vitamina E: Antioxidante natural que prolonga la vida útil de la manteca y protege la piel del envejecimiento. Añadiremos un chorrito.
-Aroma de mango: El aroma natural de mango se obtiene generalmente por destilación o extracción de compuestos volátiles del fruto o de sus componentes (como la pulpa o la piel). A diferencia de las fragancias sintéticas, este tipo de aroma conserva la autenticidad del mango y es más respetuoso con pieles sensibles, además de no contener disruptores hormonales. Y el aroma tropical estimula el ánimo, reduce el estrés y aporta una sensación de frescura y bienestar. Añadí 30 gotas de aroma natural.
-Aceite esencial: Puedes usar lavanda, naranja dulce o ylang-ylang para añadir propiedades relajantes, tonificantes o equilibrantes, además de un aroma delicioso. Yo añadí 10 gotas de ylang ylang.
Funde las mantecas y aceites en un recipiente resistente al calor, al baño maría. Fundiremos y mezclaremos la manteca de mango, de oliva, el aceite de almendras y el aceite de coco. Hasta que esté completamente líquido. Luego lo dejaremos enfríar para más tarde, batirlo intensamente.
El aceite de maracuyá lo usaremos para mezclarlo con los pigmentos que habíamos preparado previamente. Una vez mezclado, incorpora el aceite de maracuyá con los pigmentos en la mezcla batida de la fase 1. También incorpora en este paso la vitamina E, el aroma natural y el aceite esencial.
Guarda tu manteca batida en un tarro limpio y seco. Mantén en lugar fresco y seco. Dura aproximadamente 3–6 meses.
Esta manteca batida de mango es mucho más que un producto: es un ritual de autocuidado que transforma tu rutina en un momento de conexión con la naturaleza. Úsala después de la ducha, como mascarilla capilar nocturna o como bálsamo reparador para zonas secas. Tu piel y tu cabello te lo agradecerán con suavidad, brillo y vitalidad.