
Celia Fernández | 1 Junio 2023
Según las leyendas se usaba para volver fértiles los campos, recolectándola el día de san juan y colgándola en un roble de ese campo. Su nombre se debe a la diosa griega Artemisa de la naturaleza y protectora de la mujer.
Dentro de la familia de las compuestas o asteráceas. Perteneciente de Europa y Asia.
Es tónica y estimula las funciones del organismo.
Alivia el estrés.
Favorece la aparición de la menstruación o lo que es lo mismo tiene función emenagoga.
La presencia de principios amargos hace que sea digestiva, aperitiva y antiespasmódica.
Facilita la secreción de bilis.
Estimulante inmunológico y cicatrizante.
Analgésica, expectorante y antiséptica.
Antiinflamatoria y antihemorrágica.
Se emplean flores, hojas y raíces, aunque principalmente las flores. Se puede usar en infusiones, realizar extractos, secarla y hacerlas polvo o producir aceite esencial.
Tomada internamente mejora la función de la vesícula biliar y el hígado, y aumenta la producción de orina.
Para la anorexia o dolencias que quitan las ganas de comer.
Usado en enfermedades circulatorias.
Además para catarros y bronquitis.
Como hemos mencionado para provocar la aparición de la regla o promover su regulación.
En dolores de cabeza, náuseas o casos de epilepsia.
También se puede usar para aromatizar comidas y bebidas.
Aplicada en emplaste en el vientre durante el parto provoca las contracciones.
Repele insectos y efectivo en las picaduras.
Artemisia absinthium o conocido como ajenjo es otra especie del mismo género con propiedades parecidas pero tóxico. Por lo que generalmente no se aconseja consumirlo, sino en muy pequeña dosis o solo vía tópica pero no en las mucosas. Y de ninguna forma en niños o embarazadas.
Evitar en niños, embarazadas y personas alérgicas. La artemisa en grandes cantidades puede ser tóxica. No usar durante el embarazo por su acción directa en el aparato reproductor femenino.